Uno de los motivos de consulta más frecuentes en neurología
son los “olvidos”.
“Me olvido los nombres”, “me olvido donde dejo las
cosas”, “me olvido lo que voy a buscar”
Esta situación, puede ser reconocida por la propia persona
como un problema, mientras que en otras situaciones es el familiar quien la
detecta, se alarma y promueve la
consulta.
Muchos de los olvidos pueden ser considerados normales y son
aquellos que obedecen a problemas de atención. Por ejemplo, si me encuentro en
una conversación y de manera simultánea leo
un mensaje de texto del celular, lo más probable es que me olvide algo del diálogo
que estoy manteniendo con la persona. Este mecanismo es el que se encuentra
presente en los procesos de ansiedad y estrés.
A su vez, la memoria no es la misma a medida que pasan los
años, y esto no necesariamente significa algo patológico.
Un escenario
diferente se presenta si las fallas cognitivas se tornan muy frecuentes, si tienen
una repercusión negativa en las actividades de la vida diaria o si se acompañan
de otro síntoma no habitual. En este caso debemos determinar qué tipo de memoria es la que está siendo afectada
y si se acompaña o no del compromiso de otro dominio cognitivo. Hoy día, contamos con una herramienta
fundamental que es la Evaluación
Cognitiva o Evaluación Neuropsicológica que permite evaluar todos los dominios cognitivos y
determinar si el rendimiento de cada uno de ellos es normal para la edad y
nivel cultural del paciente.
En la actualidad, diferentes estudios científicos demuestran
que una vida saludable nos ayuda a
mantener recursos para un mejor
rendimiento cognitivo a edades adultas.
El control de factores de riesgo cardiovascular como el
sedentarismo, el tabaquismo, la hipertensión, el colesterol
y la diabetes juegan un rol importante en la prevención de problemas de
memoria; al igual que la promoción de actividades sociales y culturales con el
objetivo de mantener nuestro cerebro activo y con nuevos desafíos.
Una consulta a tiempo
permite tratar el problema desde el
comienzo con el fin de favorecer la independencia y mejorar la calidad de vida
del paciente y su entorno.